miércoles, 9 de febrero de 2011

Los Hermanos Kennedy de La Paz

 
Fuente: La Nacion

Un lejano y similar origen une a los Kennedy entrerrianos con los Kennedy estadounidenses que alguna vez tuvieron la Presidencia, dos bancas en el Senado y la alcaldía de Santa Mónica, en Estados Unidos, marcando un rumbo político y social en los últimos 50 años. Por su parte, los Kennedy criollos construyeron una fama efímera a partir del levantamiento contra del gobierno provisional del general José Félix Uriburu, que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen el 6 de septiembre de 1930. El hecho ocurrió hace 79 años, una madrugada calurosa de enero de 1932 en La Paz. "Por defender sus ideales democráticos, Mario, Roberto y Eduardo perdieron sus familias, las propiedades y hasta su buen nombre y murieron en la más extrema pobreza. Eran unos verdaderos dandies que gustaban de la música, los caballos y disfrutaban de la vida al aire libre. Montaban desde niños y eran sumamente diestros con las armas", detalla María Elena Franchini Kennedy, bisnieta del primer Kennedy que llegó a nuestro país y sobrina directa -y predilecta- de Roberto, Eduardo y Mario.





La mujer, de modales distinguidos y una belleza que permanece en sus rasgos, saca de un arcón fotocopias, cartas, artículos y recortes de diarios sobre la épica aventura llevada a cabo por sus tíos en los años 30.

Descendientes de una antigua familia escocesa, los Carrick, sus antecesores, modificaron el apellido por motivos políticos durante la dinastía de los Tudor. Así, el primer Kennedy que llegó a nuestro país fue Henry W. Kennedy. Llegó de Filadelfia en 1836 y ejerció como médico forense en Paraná alrededor de 1844.

Los hermanos Roberto, Mario y Eduardo Kennedy crecieron en la estancia de sus padres, de unas 2.000 hectáreas, Los Algarrobos.

Según afirma el autor argentino Roberto Cesario en La revolución de los Kennedy, "cuando fue derrocado Yrigoyen, los Kennedy iniciaron su propia resistencia a la dictadura. Entonces Eduardo, sólo con sus medios y sin representación alguna, viajó a Montevideo y luego a París, donde se constituyó en la Sociedad de las Naciones, para denunciar el novedoso y grave problema de legitimidad y de justicia creado en la nación austral".

También señala Cesario que Roberto, Mario y Eduardo eran amigos de los ex presidentes Hipólito Yrigoyen y Carlos María de Alvear y se reunían frecuentemente con escritores, artistas y periodistas. Tras el intento de levantamiento en Corrientes y en Resistencia, Chaco, los Kennedy reunieron en La Paz a unos 60 hombres, muchos profesionales, hacendados, empleados y gente de campo. Estaba presente, además, Héctor Roberto Chavero, de 23 años, que sería luego conocido como Atahualpa Yupanqui. En esa reunión, Eduardo Kennedy manifestó: "La tiranía de Uriburu no nos deja otro margen. He sido antes personalista yrigoyenista y mis hermanos antipersonalistas; hoy somos todos argentinos comprometidos, que no lameremos las botas de la dictadura. ¡Viva la patria!" Después invitó a los presentes a tomar las armas en defensa de la Constitución Nacional.

Comando Kennedy
Hermanos Kennedy cruzando el río Paraná


Roberto Kennedy tenía pasión por los caballos y se decía que los domaba de palabra. Su hermano Eduardo, orador y tirador de gran fama, llegó de Concordia con la confirmación del estallido revolucionario, que ocurriría esa misma noche. Tempranísimo, a las 3.30 del 3 de enero de 1932, los revolucionarios de La Paz se apoderaron de la jefatura, de las oficinas públicas y de todos los medios de comunicación del pueblo armado de Winchester, escopetas, revólveres y linternas.

Según Noticias Gráficas de esa época: "Hace pocos días, el interventor de Corrientes, el doctor Atilio Dell'Oro Maini, hizo saber al gobierno central que elementos subversivos intentarían producir hechos desagradables en esos días". Como medida de precaución se envió a esa ciudad el Regimiento 10 de Infantería Montada con el que se apagaron "los planes sediciosos" del comando Kennedy. Al mismo tiempo en los diarios se anunciaba que Mahatma Gandhi era arrestado en Bombay.

Al final, la banda revolucionaria quedó conformada por los tres hermanos Kennedy y un humilde sastre que se les unió, llamado Héctor Papaleo. La Nación de esos días informaba que la tentativa de los Kennedy había sido sofocada en pocas horas y que el tiroteo producido en La Paz había dejado como saldo cuatro muertes. Las declaraciones del general Uriburu eran claras: "Nada ni nadie será capaz de desviarme de la línea de conducta que me he trazado".

En el baúl de un Chevrolet 28

Perseguidos por el jefe Apolinario Leiva y 20 hombres, los Kennedy se internaron en la zona de Los Algarrobos y Las Isletas. Se sumó al operativo la Subprefectura de La Paz, con una docena de hombres a bordo de la fragata Elena Escalera. Los revolucionarios repelieron el ataque con sus Winchester 44.40, produciendo numerosas bajas entre sus perseguidores. Luego huyeron a Puerto Márquez, donde la población había construido barricadas en las calles. El general Luis Bruce ordenó seguirlos con dos aviones de bombardeo y tres de caza, uno de ellos con un baqueano a bordo que les indicaba dónde podrían encontrarse los hermanos. Así, bombardearon el terreno donde creían que se hallaban.

Con este panorama, Héctor Papaleo abandonó a los Kennedy y se entregó a la Prefectura. Mientras, los hermanos se internaron por crueles montes de talas, espinillos y añapindáes. Los aviones rociaron con nafta los montes e incendiaron el lugar donde poco antes se había reunido el comando Kennedy, con la idea, siempre que el pueblo los apoyara, de apoderarse de un aeroplano equipado con dos bombas de 70 kilos cada una y combatir contra la base aérea de Paraná.

Llegaron al río Guayquiraró en el punto en el que desemboca el arroyo Barrancas y lo cruzaron con las armas en alto, perseguidos además ¡por yacarés! El 11 de enero pisaron tierra correntina y se encaminaron al Paso Cejas, donde un amigo los ayudaría con alojamiento y víveres. Siguieron la travesía y fueron ayudados también por un francés de apellido Abril, que los llevó 14 leguas, en tres viajes sucesivos, en el baúl de un Chevrolet 28. Los dejó en el departamento de Sauce, donde una hermana de los Kennedy les dio refugio por unos días, hasta que otro amigo los condujo hasta un arroyo.

En la costa los esperaba otro amigo con tres caballos y cabalgaron hasta llegar a suelo oriental. El 16 de febrero Radio Montevideo informaba que los hermanos Kennedy de la Argentina habían llegado a Salto, Uruguay.

Lo demás es parte de la leyenda.

Alejandro Schang Viton

Unos verdaderos señores

"El actor Hugo Del Carril quiso hacer una película basada en la vida de Roberto, Mario y Eduardo Kennedy, pero nunca se concretó", cuenta María Elena Franchini Kennedy, la sobrina que solía en su juventud arrojarse a caballo desde las barrancas del Paraná, y que estuvo casada con el primer embajador argentino en la India, Salazar Altamira.

"Se escribió muchísimo sobre ellos. Por ejemplo, Los Kennedy del Sur, de Daniel González Rebolledo; Los Kennedy, de Yamandú Rodríguez, y La revolución de los Kennedy, de Roberto Cesario, la versión más amena y fiel de lo vivido por mis tíos."

Sobre la personalidad de los sublevados refiere que eran de formación católica, no fumaban, ni bebían, ni jugaban. "Tampoco tenían faltas de ortografía. Eran muy sociables y tenían pasión por la música, especialmente por Chopin. En el salón eran unos verdaderos señores y en el campo trabajaban a la par de los peones. Eran verdaderos hombres de bien."

Cuenta también que la Municipalidad de La Paz, Entre Ríos, decretó de interés municipal la presentación del documental Los Kennedy, lo que quedó en el margen el 3 de enero de 2008, fecha en que se decretó Día Paceño en Defensa de los Valores Democráticos e Institucionales.

Además, el Concejo Deliberante de la Municipalidad de La Paz designó el trayecto de acceso a La Paz con el nombre de Hermanos Kennedy, el 23 de marzo de 2009.

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